Esta época que nos ha tocado vivir es algo complicada. Mi niñez fue sencilla, ando por arriba de los 50 años y aún la recuerdo con suspiros y noto las diferencias de mi niñez a la de ahora ya adulto. Y me pregunto ¿qué me gustaría cambiar de este mundo que me tocó vivir?
Tal vez me encantaría que no hubiera tanta pobreza, o quizás que la violencia familiar se extinguiera. Ojalá se llegara a encontrar la cura definitiva del cáncer y más aún, sería buenísimo que el covid-19 fuera tan solo un tema de películas de ciencia ficción.
Ni que decir que anhelo ver el día en que la carrera armamentística nuclear cese y que las corrientes con ideologías de inclusión no afectaran más, a la ya de por sí degradada humanidad. Amigo, desgraciadamente no podemos hacer nada contra lo que no podemos cambiar.
En la Biblia se cuenta que en los últimos tiempos oiremos de rumores de guerra, terremotos, hambre, injusticia, enfermedades y aberraciones y que además la ciencia y el conocimiento aumentará en gran manera y ni tu ni yo podríamos evitarlo. Pero amigo y amiga, si es cierto que esas cosas acontecerán y no las podremos cambiar, ¡hay algo que si podemos hacer! “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.” Romanos 12:2
Amigo, empieza a cambiar tú mismo. Se la persona especial y diferente, ¡esa! que te gustaría toparte de frente en la acera y te salude con un linda y clara sonrisa. Y ¿cómo cambiarías? Busca de Jesús como el pez requiere del agua para vivir. Ahí es donde inicia el cambio y verás que tu mundo si cambiará.
Tu hermano en Cristo, Rainner Chinchilla.
Costa Rica.