¿Por qué oras? ¿Tan solo oras porque sabes que debemos orar, o repetir de memoria, algo aprendido? Espero que no. Si oramos solo porque estamos obligados a hacerlo, te aseguro que nuestras oraciones no pasarán del techo. Orar es estar en comunión con Dios. Es derramar nuestros corazones en acción de gracias y confesión.
Orar es permitirle a él, que hable a nuestro corazón y, además, nos ha prometido contestar nuestras oraciones. “Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallareis; llamad y se os abrirá” (Lucas 11.9) “Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14.14) y podría seguir recordando muchas preciosas promesas, pero ¿las crees?
Amigo, para poder recibir las promesas de Dios, debemos llenar el requisito de Dios: tener fe. “Pero pida con fe, no dudando nada” (Santiago 1.6) Tener fe, no es creer que Dios puede, él todo lo puede, tener fe es creer que Dios lo hará. Que el Señor nos ayude a creer en su palabra, depender de sus promesas y dedicar nuestras vidas a él.
Tu hermano en Cristo, Rainner Chinchilla.
Costa Rica