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1 Timoteo 5:1

La Anciana

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¿Cómo debemos comportarnos? Leí de una muchacha que le gustaba ayudar siempre a su abuela. La joven nieta, gustaba de sacar a su abuela enferma, padecía de Alzheimer, a dar paseos y la llevaba a comer a restaurantes aun sabiendo que su abuela a veces se ponía difícil a raíz de su enfermedad.

Un día la llevó a un pequeño restaurante, la joven se alegró porque había poca gente y podrían comer sin molestar a nadie. Apenas se habían sentado, la abuela comenzó a hacer un sin fin de preguntas.—¿Cómo llegue aquí? ¿Quién es usted? ¿Quién pagará mi comida? ¿Por qué tenemos que comer aquí? ¡Yo no vivo aquí, llévame a casa! La joven trató de calmar a su abuela suavemente contestando las mismas preguntas vez tras vez. En otra mesa había un hombre serio, trataba de leer el periódico. La muchacha, apenada, no veía el momento en que el hombre se quejaría con el mesero. De repente, el hombre dobló el periódico, se levantó y camino hasta la mesa de ellas.

La joven apenada ya estaba preparada para disculparse. El hombre se acercó a la mesa y las miró con una sonrisa y le dijo: — Cuando yo sea anciano, ojalá que tenga una nieta como usted. La joven había comenzado el día con un solo propósito: quería hacerlo agradable para su abuela. No había pensado en cómo sus acciones podrían afectar a otros.

Amigos, podemos sentir que, lo que hacemos no es importante, pero acordémonos que el mundo nos está mirando.

Tu hermano en Cristo,
Rainner Chinchilla
Costa Rica

Resplandezca tu luz

Que tu luz brille!

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Esta época que nos ha tocado vivir es algo complicada. Mi niñez fue sencilla, ando por arriba de los 50 años y aún la recuerdo con suspiros y noto las diferencias de mi niñez a la de ahora ya adulto. Y me pregunto ¿qué me gustaría cambiar de este mundo que me tocó vivir?

Tal vez me encantaría que no hubiera tanta pobreza, o quizás que la violencia familiar se extinguiera. Ojalá se llegara a encontrar la cura definitiva del cáncer y más aún, sería buenísimo que el covid-19 fuera tan solo un tema de películas de ciencia ficción.

Ni que decir que anhelo ver el día en que la carrera armamentística nuclear cese y que las corrientes con ideologías de inclusión no afectaran más, a la ya de por sí degradada humanidad. Amigo, desgraciadamente no podemos hacer nada contra lo que no podemos cambiar.

En la Biblia se cuenta que en los últimos tiempos oiremos de rumores de guerra, terremotos, hambre, injusticia, enfermedades y aberraciones y que además la ciencia y el conocimiento aumentará en gran manera y ni tu ni yo podríamos evitarlo. Pero amigo y amiga, si es cierto que esas cosas acontecerán y no las podremos cambiar, ¡hay algo que si podemos hacer! “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.” ‭‭Romanos 12:2‬

Amigo, empieza a cambiar tú mismo. Se la persona especial y diferente, ¡esa! que te gustaría toparte de frente en la acera y te salude con un linda y clara sonrisa. Y ¿cómo cambiarías? Busca de Jesús como el pez requiere del agua para vivir. Ahí es donde inicia el cambio y verás que tu mundo si cambiará.

Tu hermano en Cristo, Rainner Chinchilla.
Costa Rica.

Cosecha, Jeremias 8:20

La cosecha – Rainer Chinchilla

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Leí una historia de un anciano de un pueblo de Nigeria. El anciano era uno de los hombres más sabios de su pueblo y además era un próspero agricultor. Un domingo en la iglesia el hombre hizo un llamado a todas las mujeres del pueblo.

“Requiero que el miércoles estén todas las mujeres en mi casa”. Ese miércoles llegaron más de cien mujeres a su casa. El hombre les sugirió que debían caminar cinco kilómetros y medio para ayudarle a cosechar el maíz de su finca. El anciano les indicó que tomaran unas canastas que tenía preparadas para cada una, habían de diferentes tamaños. Ya de regreso al final de la recolección, algunas mujeres traían cargas muy grandes de maíz, hubo una que incluso, traía tanto que sus fuerzas no le dieron para llegar a la finca. Otras, sin embargo, tomaron canastas más pequeñas y hubo algunas que ni siquiera llegaron a la convocatoria de ese día aduciendo que tenían mucho trabajo en sus casa como para asistir. Al final de la faena, el sabio anciano las llamó a todas y les dijo que cada una podía quedarse con el maíz que había traído. Hubo mucha alegría, gritos de gozo y gratitud, pero también suspiros profundos de remordimiento. “Si tan solo hubiera sabido, habría llevado la canasta más grande”, decían algunas. Al otro día, algunas llegaron hasta la casa del anciano para rogar por una oportunidad, aun dejando todo el trabajo que decían tener en casa, pero el anciano les decía: —La oportunidad ya paso. El maíz se cosechó ayer. Por este medio bondadoso, el anciano no sólo ayudó a muchas familias necesitadas, sino que también ilustró una verdad impresionante. Amigo, hoy es el día de la oportunidad. La cosecha de almas espera ser recogida. ¿Cuán grande es la canasta que llevas?
Tu hermano en Cristo, Rainner Chinchilla.
Costa Rica

Levantarse de las ruinas

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Todos podemos y tenemos derecho a levantarnos de las ruinas. Un hombre tenía una panadería, la cual era el medio de subsistencia de su familia.

Un día, mientras descansaba, recibió la noticia de que su negocio ardía en llamas, ¡lo perdió todo! Como era un hombre muy trabajador no se quedó de brazos cruzados, buscó por todos lados la forma de volver a iniciar, lo logró. Su abnegación y persistencia le ayudaron. Pero lo que más lo impulsó a lograr que su negocio regresara y mejor que antes, fue que le entregó toda su carga al Señor. Amigos, tal vez ustedes dirán que no es posible tal milagro. ¡Si lo es! Y no solo en una cosa, es posible para tu vida completa. Aquel hombre se aferró fuerte al único que le podría sacar de su tristeza. “El Señor te pondrá a la cabeza, nunca en la cola. Siempre estarás en la cima, nunca en el fondo, con tal de que prestes atención a los mandamientos del Señor tu Dios que hoy te mando, y los obedezcas con cuidado.”

Deuteronomio 28:13

No desestimes nunca a Dios, de cualquier situación te sacará, de lo más terrible de tu vicio, pobreza, ruina, pecado, Él te sacará, pues él es el dueño de todo.  Solo debes entregar tu alma de corazón a Jesús…todo cambiará.

Tu hermano en Cristo

Rainner Chinchilla.

Costa Rica