Hay una película que se llama “Náufrago”, donde un avión cae en medio del inmenso mar, nadie se salva excepto uno; el hombre pasa más de tres años guardando la esperanza de que lo llegaran a rescatar de la isla solitaria.
Donde logró resguardarse y donde el único con quien podía conversar era un balón “Wilson” con un rostro pintado de su misma sangre.
Aunque lo rescataron, tal vez para poner un final feliz a la película, el hombre, en un momento de soledad, perdió la esperanza e intentó quitarse la vida.
¿Cuántos de nosotros hemos perdido la esperanza alguna vez y nos cuesta recuperarla y volver a creer?
Amigo, quiero recordarte que Dios quiere darnos una esperanza verdadera, que se eleva por encima de todos los asuntos terrenales y nos hace atravesar, con bien, todos nuestros problemas.
Podremos estar en la isla más remota y desolada de nuestras vidas, donde nadie nos tendería una mano jamás; en medio de tu soledad, estará siempre Dios, y es más, nos dió a su Hijo amado que además, entregó su sangre por ti y por mí.
¡No lo dudes, en Él si hay esperanza!
Nunca estarás sólo si lo reconoces como Dios y Salvador.
Tu hermano en Cristo Rainner Chinchilla.
Costa Rica